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sábado, 9 de noviembre de 2019

Vida después de la muerte

Se preguntaran ¿existe la vida después de la muerte? ¿Cómo nos veremos en esa etapa?. Pues hoy dos imágenes nos traen apariencias de quienes están en ese camino, así como en su momento lo fue la nuestra, una y otra vez, disfruten.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani





martes, 21 de junio de 2016

Eternamente

Florece el conocimiento al tiempo que la aproximación se acrecienta, infinidad de individuos se eternizan cercanos disimulando su estampa; están aquellos quienes creemos extinguidos entre otros naturales del lugar.
Gran momento aquel en que de carne somos, envidiado instante de la eternidad que tan solo aquellos que desde fuera observan consiguen apreciar.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani


miércoles, 16 de marzo de 2016

Morir, vida tras vida

Así como una hilacha suelta al tironear descose la prenda, así la naturaleza, un prodigio de unión y dependencia.
Simpaticemos con nuestro habitad, sepamos que  la muerte no es tal, más luego necesitaremos de todo lo reservado en el presente.
Del manzano derribado no proceden frutos.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani
Fotografiados en plena noche

miércoles, 6 de enero de 2016

Amada mujer y madre

Afectos que conceptuamos perdidos permanecen, circulan en proximidad cierto periodo previo al próximo movimiento, mientras dure la pausa escoltan a sus simpatías, no concibamos descuidadamente a la muerte, ella solo conmueve a la carne
Imaginamos lejanos los amores que han partido, si  bien permanecen próximos hasta la venida del ulterior movimiento. 
Durante la pausa el contacto es posible, solo es imperioso ser receptivos.
La luminosa imagen que encierra el círculo pertenece a una amada mujer, Isabel, quien tiempo atrás principio la marcha, pese a ello y ajustada a su gran amor se eterniza cercana a su fruto, de nuevo expresamos que no se trata de un  final, el camino es de ida y vuelta.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani  


miércoles, 30 de septiembre de 2015

Nuestra realidad, el alma

Tarde luminosa de domingo, como es hábito, momento de encuentro,  de acá y de allá variedad de almas reunidas y atraídas por un único efecto, la amistad.
En la imagen tan solo algunas.

El cuerpo humano no es más que apariencia, y esconde nuestra realidad. La realidad es el alma. -Víctor Hugo (1802-1885) Novelista francés. -
Buena vida
Pablo y Ana Borsani  





sábado, 18 de abril de 2015

Por nombre, esperanza

Allá y mas allá nos extendemos, insuficientes respuestas para tantas preguntas. La imagen expone aquello que en palabras no lograríamos presentar, figuras de nombre ausente se dejan ver en la solitaria tarde.
Es mejor viajar lleno de esperanza que llegar. 
Buena vida
Pablo y Ana Borsani


sábado, 14 de marzo de 2015

¡Aquí estoy!

Por motor la esperanza, no obstante su marcada timidez se descubre frente a la cámara, al distinguirla alcanzamos a percibir una muda e imaginaria exclamación,  un enérgico ¡aquí estoy!.
Imposible almacenar esta fotografía, se distinguen más seres en la penumbra, sin embargo el rostro que se destaca es el de la resuelta dama.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani    


miércoles, 11 de febrero de 2015

Nuestra amiga, en donde te encuentres

Advertimos en la siguiente imagen una presencia que oculta el rostro de Ana, sus brazos imaginarios fortalecen la simbólica ceremonia del encuentro, las mejillas se entrechocan de igual modo que lo han hecho desde tiempo atrás con cada saludo, afectuosa amiga que aún allá, desde la lejanía que ocasiona el cambio, aun se alegra evocando antiguos tiempos.
Nuestro pequeño homenaje Flor, amigos antes, ahora y por la eternidad.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani

viernes, 5 de diciembre de 2014

La sombra equivocada

Camina en la luz o podrás extraviar tu sombra.  Sobre nuestra repisa una hermosa muñeca tejida en hoja de palma caranday, por rostro únicamente un gran sombrero, no obstante, prestar atención al aspecto del anciano ser, el que con agrado encontró cuerpo para su semblante, por detrás, la sombra de la muñeca, o del ser poseso, la que en cualquier caso no se asemeja ni a uno ni a otro, es simplemente una tercera existencia, ¿será una sombra extraviada?, quizá pertenezca a alguien de oscura presencia y quedo olvidada, o acaso se descubra desorientada proyectando la sombra equivocada.
Buena vida
Pablo y Ana Borsani

martes, 22 de julio de 2014

La unica semilla

Muerte, nos referimos a la ocasionada por terceras personas,  supone un castigo, siendo tan solo un acto anticipado de igual final,  etapa que no debemos apresurar porque nuestro destino es parte del orden de las cosas, hijos, hermanos, padres, tíos, abuelos, todo encerrado en un único individuo, tantísimos títulos para un solo participante. Todos los guerreros  armonizados por un solo vínculo, haber nacido de esa magnífica semilla que algún día germino dando inicio a este animal humano que hoy supone reinar en el planeta a costa de la sangre de su sangre.
Encontramos una historia que nos gustaría conocieran, tropezamos con ella en la web y sin importar su  autenticidad la presentamos porque nos parece perfecta para graficar la realidad que queremos revelar, su titulo “Una Historia Notable”:
Un día, en Santa Bárbara, California, un hombre llamado Roberts fue a ver a un clarividente que es también conferenciante teosófico y le pidió ayuda para un caso muy intrincado. Mr. Roberts se encontraba paseando por la calle el día anterior cuando una nena de unos tres años se abrazó a él llamándolo papá. Mr. Roberts se indignó, creyendo que alguien trataba de atribuirle la paternidad de la nena a él, Pero la madre de ésta, que vino rápidamente, se extrañó tanto como Mr. Roberts y trató de llevársela. La nena, sin embargo, insistía en ir con Mr. Roberts, diciendo que era su padre. Debido a las circunstancias que se mencionarán más tarde, Mr. Roberts no pudo quitarse esa
escena de la cabeza y fue en busca del clarividente, en cuya compañía fue a casa de los padres de la niña. Esta, al verlo corrió nuevamente hacia él volviendo a llamarlo papá. El clarividente, que llamaremos X, tomó primeramente a la niña y la llevó junto a la ventana para notar si el iris de su pupila se distendía o contraía conforme la retiraba o acercaba a la luz, con objeto de comprobar si alguna otra entidad que no fuera su propio poseedor estaba en posesión del cuerpo de la nena, puesto que el ojo es la ventana del alma y ninguna entidad "posesora" puede dominar esa parte del cuerpo. Mr. X comprobó que la nena era normal y en seguida procedió a hacer preguntas a la pequeña, cuidadosamente. Después de un paciente trabajo efectuado con intermitencias durante la tarde, para no fatigar a la niña, contestó esta lo siguiente:
Ella había vivido con su papá Mr. Roberts, y otra mamá en una casita solitaria, desde la que no se veía ninguna otra casa; próxima a ella había un arroyuelo en cuyas orillas crecían algunas flores (la nena corrió afuera entonces y volvió con algunas espigas de sauce americano-) y que había una tabla sobre el arroyo, y le habían ordenado que no la cruzara de miedo a que se cayera. Un día su papá las abandonó a ella y a su madre y no volvió más. Cuando se les acabaron los alimentos su mamá se acostó enferma. Y después agregó: "Yo también morí, pero no morí, puesto que vine aquí".
Entonces Mr. Roberts contó su historia. Dieciocho años antes vivía en Londres, donde su padre era cervecero. Se enamoró de la joven sirvienta. Y su padre se opuso, pero él se escapó con ella a Australia, después de haberse casado. Allí se fueron al bosque y construyeron una pequeña granja, edificando una casita junto al arroyo, exactamente como decía la niña. Tuvieron allí una hija y cuando ésta tendría unos dos años él dejó la casa y fue a alguna distancia de ella; en ese entonces un hombre armado de un rifle corrió hacia él diciéndole que quedaba arrestado en nombre de la ley por un robo cometido la noche en que Mr. Roberts dejó a Inglaterra. El oficial había seguido sus huellas hasta allí creyéndolo criminal. Mr. Roberts pidió que se le permitiera ir antes a ver a su mujer y a su hijita, pero creyendo el oficial que ese ruego era una astucia para hacerlo caer en manos de los confederados, rehusó y lo obligó a dirigirse hacia la costa. De allí se le envió a Inglaterra y sometido a prueba comprobó su inocencia.
Antes de que las autoridades hicieran caso de sus constantes ruegos para que fuera a buscar a su esposa e hija, tuvo que pasar algún tiempo allí. Posteriormente se envió una expedición en su busca, la que no encontró más que los esqueletos de ambas. El padre de Mr. Roberts había muerto en el ínterin y aunque había desheredado de aquel, sus hermanos dividieron su herencia con él y éste volvió a América muy descorazonado.
Mr. Roberts proporcionó entonces algunas fotografías de su esposa e hija, las que por consejo de Mr. X fueron mezcladas con cierto número de otros retratos y mostrados todos a la nena, la que sin vacilar señaló las fotografías de sus antiguos padres, aunque éstas diferían mucho del aspecto actual de Mr. Roberts.

Atrocidades  acontecen entre la raza humana, gente enfrentada a la gente, seres que se desafían por diferentes razones con un solo fin, avidez, deponiendo valores más elevados tales como el trato fraterno.
Pablo y Ana Borsani




lunes, 16 de junio de 2014

Hueco de acá, domicilio de allá

En repetidas oportunidades mostramos huecos de arboles con ocupantes casi secretos, en esta ocasión expondremos un hueco que posee multitud de buenos vecinos. Así como sucedería al oprimir  todos los timbres al unisonó, sus habitantes emergen del interior por motivo de nuestra presencia.
No es equivocado pensar en que necesitamos mejorar el trato con el entorno, acaso a muchos incomode,  pero la realidad no admite opinión inversa y en nuestro futuro posiblemente, léase bien, solo posiblemente, esté ya dispuesto un hueco para alojarnos, ante la incertidumbre y las pruebas que recogemos como una constante, estaría mejor no dañar lo que requeriremos en otro momento de nuestra historia o que viablemente ya estén aprovechando antecesores nuestros.
Nos beneficiamos de sobrado conocimiento para afirmar que la vida no es tal como la observamos, cualquiera  con ojos ágiles puede apreciar que cada porción de la naturaleza a la cual pertenecemos, forma parte de la desarrollada escalera que algún día comenzamos a trepar.
Que no nos falten escalones!!!
Buena vida
Pablo y Ana Borsani