miércoles, 19 de noviembre de 2014

Eternamente

Érase una gota de agua ya vieja y muy cansada, fracción de enormes mares, de brillantes lagos, de igual forma, de arroyos y hasta de  indecentes charcos, partícula que habiendo llegado al final de su existencia y ya convertida en sutil fluido, comienza a elevarse en respuesta a la llamada del sol, todopoderoso que la transporta serenamente al cielo,  allí ligada a otras gotas, constituyen sorprendentes nubes que viajan en compañía del aire fresco, una vez más el ciclo de la vida,  ciclo de vida de las gotas de agua.

Dicho esta que nada desaparece, todo se transforma, al igual que las gotas de agua, todos los seres se benefician de un curso semejante, de esa manera resiste la vida, nunca envejece, eternamente se renueva en todas sus formas y rincones de la tierra, inmortalmente en segura evolución.-
Buena vida
Pablo y Ana Borsani          

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